
Nombre en español: Tororoi de Miller
Nombre en inglés: Brown-banded Antpitta
Nombre científico: Grallaria milleri
Familia: Grallariidae
El tororoí bandeado (Grallaria milleri), también denominado tororoi de Miller, chululú de bandas castañas, cocona o cholongo, es una especie de ave paseriforme de la familia Grallariidae, perteneciente al numeroso género Grallaria, anteriormente incluido en Formicariidae. Es endémica de Colombia.
Distribución y hábitat
La subespecie nominal se distribuye por la porción central de la Cordillera Central de los Andes colombianos (Caldas, Risaralda, Quindío, y Tolima); la subespecie gilesi del norte de la Cordillera Central (Antioquia), se conoce por un único espécimen del siglo XIX y está probablemente extinta.
Vive en el suelo del bosque húmedo andino y altoandino de las dos vertientes de la cordillera central. Se ha encontrado en el sotobosque con predominio de aliso (Alnus acuminata) y palma de cera (Ceroxylon quindiuense) y bosques secundarios tempranos y maduros, entre los 1800 y 3140 m de altitud. Está amenazada en grado vulnerable debido a la pérdida de hábitat.
Descripción
Mide 18 cm de longitud. El plumaje es de color castaño oscuro, con lores, garganta y vientre blancuzcos y amplia banda pectoral color castaño.
Alimentación
Se alimenta de lombrices de tierra y coleópteros.
Libro Rojo de las Aves de Colombia Vol. I
Ecología
Especie endémica de la cordillera Central de Colombia, con un área de distribución de me-nos de 1000 km2 (Beltrán y Kattan 2002). Se distribuye entre 1800 y 3100 m y es conocida únicamente de ocho localidades de bosque andino y altoandino en ambas vertientes de esta cordillera en los departamentos de Cal-das, Quindío, Risaralda y Tolima (Beltrán y Kattan 2002). Habita el sotobosque denso de los bosques húmedos montanos y bosques se-cundarios; ha sido observada en bosques con altas densidades de palma de cera (Ceroxylon sp.) (Beltrán y Kattan 2002). Kattan y Beltrán (1999) registraron la especie en un mosaico de hábitats que incluye bosques de regeneración temprana (10-15 años), bosques secundarios de 40 años de edad y plantaciones de aliso (Alnus acuminata) de 40 años; se encontró que las cinco especies de Grallaria estudiadas se traslapan en su uso del espacio y de los recursos, lo que indica que podrían estar compitiendo por los mismos. G. milleri mostró alta fidelidad a los sitios con individuos que permanecieron hasta 34 meses en un área determinada (Kattan y Beltrán 2002). La mayoría de las veces ha sido observada solitaria o en parejas entre la densa vegetación de bosque y su detección visual es difícil por ser de hábitos escurridizos, razón por la cual el conocimiento de su llamada de alarma y canto territorial ha sido fundamental para estudiarla (Beltrán y Kattan 2002). Su dieta, conocida por especímenes del Parque Regional Ucumarí, consta principalmente de coleópteros y lombrices de tierra (Beltrán y Kattan 2002).
Esta especie parece ser moderadamente tolerante a las perturbaciones y es posible que exista en áreas aún no censadas. Se ha encontrado en parches de bosque de 63 ha en un mosaico de ecosistemas y en un parche de 5 ha rodeado de potrero; también ha sido observada en matorrales (Beltrán y Kattan 2002). A pesar de tener una distribución restringida, esta Grallaria tiene densidades locales altas y presenta, además, poca especificidad de hábitat, ya que utiliza varios tipos de cobertura (Kattan y Beltrán 1999, 2002). Esta especie visita con frecuencia comederos suplementados con lombrices en la RN Río Blanco (Manizales, Caldas), no muestra signos de estrés ante la presencia de observadores y en algunas ocasiones se observa cruzando los caminos y vocalizando cerca del borde del bosque (N. Ocampo, obs. pers.).
El Tororoi de Miller defiende un territorio de 0.5 a 5.4 ha (n=7); para un individuo que fue seguido con telemetría por 60 días se estimó un territorio de 4.1 ha (Kattan y Beltrán 2002). En este mismo estudio se encontró que 23 de los 36 individuos anillados nunca fueron recapturados, lo que sugiere la existencia de una población flotante que puede estar compuesta por juveniles e individuos que no han establecido un territorio (Kattan y Beltrán 2002). Los individuos no utilizan el territorio de manera homogénea, pues algunas áreas son usadas con mayor intensidad que otras, aun-que Kattan y Beltrán (2002) no encontraron ninguna característica aparente de las áreas más usadas que las hiciera más atractivas para estas aves.
A partir de la captura y anillamiento y de la preparación de especímenes se encontró que el pico principal de reproducción de esta especie es entre marzo y mayo (Beltrán y Kattan 2002). Esto se ve soportado también por evidencias de una mayor actividad local concentrada entre mayo y junio (Beltrán y Kattan 2002).
Esta especie se considera rara y local (Hilty y Brown 2001) e incluso se creía extinta en 1942 (Beltrán y Kattan 2002). Desde su redescrubrimiento en 1994 en el Parque Regional Ucumarí (Kattan y Beltrán 1997) ha sido encontrada en algunas localidades en la cordillera Central, en cercanías del PNN Los Nevados (Beltrán y Kattan 2002). Se detecta con frecuencia en la RN Río Blanco (N. Ocampo obs. pers.). La densidad poblacio-nal reportada para el Parque Ucumarí es de 1.3 ± SE de 0.2 ind/ha con 102 individuos registrados en 100 ha muestreadas (Kattan y Beltrán 1999); posteriormente se anillaron 36 individuos en este mismo parque, entre 1995 y el 2000 (Kattan y Beltrán 2002). Es la más abundante de las cinco especies de Grallaria presentes en este parque en el intervalo altitudinal entre 2400 y 2600 m. En junio del 2000, en un transecto de 5 km en la RN Río Blanco (Caldas) se registraron 30 individuos por su respuesta a la reproducción de sus vocalizaciones; este transecto ubicado entre 2640 y 2800 msnm está compuesto por bosques secundarios de 35 años de edad y una gran plantación de aliso (Alnus acuminata) (Beltrán y Kattan 2002).
Población
A pesar de las altas densidades observadas en algunos lugares, la población total del Tororoi de Miller es probablemente de unos pocos miles de individuos, debido a que su área de distribución es muy pequeña (Beltrán y Kattan 2002).
Amenazas
La principal amenaza de esta especie es su área restringida de distribución y, consecuentemente, su reducido tamaño poblacional global.
En Colombia se estima que 90 % de los bosques de niebla, hábitat de esta especie, han sido convertidos principalmente en pastos y cultivos agrícolas. La mayoría de la población colombiana se encuentra concentrada en ciudades ubicadas en las zonas montañosas de los Andes, siendo esta la principal causa de una alta intervención a los eco-sistemas de montaña y, en particular a los bosques de niebla que sirven de hábitat a esta Grallaria. La mayoría de los bosques por debajo de 3300 m en la cordillera Central han sido convertidos en cultivos; en el valle del Toche este fenómeno de transformación data de los años cincuenta, principalmente a causa de cultivos de café, papa, granos y ganadería (BirdLife International 2008) y algunos otros como frutas, hortalizas y flores (Armenteras et ál. 2007). La segunda amenaza más importante es la conversión de estos bosques para usos agrícolas como cultivos de subsistencia de la comunidad local y cultivos comerciales como el café, frutas, hortalizas y flores. La ganadería y la conversión de bosques a cultivos ilícitos (amapola, principalmente, a esta altitud) también amenazan estos ecosistemas; así como la extracción maderera, el turismo insostenible, la introducción de especies foráneas, la construcción de infraestructura vial, la instalación de infraestructura de las comunicaciones y energía y el cambio climático (Armenteras et ál. 2007).
Los parches de bosque maduro y secundario en donde se encuentra la especie están dispersos y separados (BirdLife International 2008). La cobertura vegetal en el valle del río Toche, entre 1900 y 3200 m, ha sido reducida en aproximada-mente 15 %, con la mayoría de los parches restan-tes ubicados por encima de 2200 m y rodeados de extensos potreros (BirdLife International 2008), aunque en la zona de amortiguación del PNN Los Nevados los bosques secundarios parecen estar aumentando en área (Beltrán y Kattan 2002). En Laguneta (Quindío), localidad típica de la especie y donde fueron colectados nueve de los diez especímenes históricos, la cobertura vegetal se redujo hasta el 10 % y la especie parece estar localmente extirpada (Beltrán y Kattan 2002).
Historia de vida
Aunque no hay estimativos de longevidad para esta especie, Kattan y Beltrán (2002) recapturaron siete individuos en un periodo de 34 meses consecutivos, evidencia de que esta especie puede vivir más de tres años. No se sabe nada de su biología reproductiva.
Medidas de conservación tomadas
Aunque la conservación de esta especie aún requiere atención, esta Grallaria se encuentra dentro de áreas protegidas en Colombia, que probable-mente cubren una cantidad de hábitat considerable para la persistencia de la especie, siempre y cuando la integridad de estas áreas sea garantiza-da (Kattan y Beltrán 2002).
Cuatro de las poblaciones conocidas se encuentran protegidas y en recuperación en la cuenca del río Blanco (Manizales), Parque Regional Ucumarí (Risaralda), la Reserva Departamental del Cañón del Río Quindío (Quindío) y la hacienda La Carbonera (Tolima) (Beltrán y Kattan 2002).
Brown-banded antpitta
The brown-banded antpitta (Grallaria milleri) is a species of bird in the family Grallariidae. It is endemic to Colombia.
Its natural habitats are subtropical or tropical moist montane forest and plantations. It is threatened by habitat loss.

Fuentes: Wikipedia/eBird/xeno-canto/Libro Rojo de las Aves de Colombia Vol. I