
Nombre en español: Tachuri Barbado
Nombre en inglés: Bearded Tachuri
Nombre científico: Polystictus pectoralis
Familia: Tyrannidae
Estado de amenaza: VU
El tachurí barbado (Colombia) (Polystictus pectoralis), también denominado tachurí canela (Argentina, Paraguay, Uruguay) o atrapamoscas piojito (Venezuela), es una especie de ave paseriforme, una de las dos pertenecientes al género Polystictus que integra la familia Tyrannidae. Es nativa de América del Sur.Polystictus pectoralis; ilustración de John Gould, 1839
Descripción
Mide 9 cm de longitud. El plumaje de las partes superiores es castaño rojizo rufo brillante; presenta una cresta corta y lisa de color gris oscuro y línea supraloreal poco marcada y blancuzca; mejillas y mentón con motas negras y blancas; las alas y la cola son de color castaño oscuro con dos líneas color canela en las alas y bordes anchos canela; garganta blancuzca; pecho y lados de vientre color canela y centro del vientre y crísum blancos. La hembra carece de motas negras en el mentón y presenta las partes inferiores más extensamente coloreadas de canela.

Distribución y hábitat
Se encuentra en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guayana francesa, Guyana, Paraguay, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Vive en las sabanas, cerrados y en las zonas arbustivas del Chaco, entre los 150 y 2.500 m de altitud.
Estado de conservación
Esta especie está clasificada como “casi amenazada” por el IUCN porque se sospecha que su población está declinando moderadamente rápido debido a la pérdida de hábitat.

Amenazas
La conversión para agricultura, tales como plantaciones de Eucalyptus, soja o pastos para ganado, para productos agrícolas exportables (favorecidos por el gobierno) han tenido un impacto severo sobre el hábitat de esta especie en Brasil (Parker y Willis 1997), donde dos tercios del cerrado habían sido moderada o seriamente alterados hasta 1993 (Conservation International 1999), con la mayor destrucción habiendo ocurrido desde los años 1950s (Cavalcanti 1999). Pastizales naturales en Paraguay y Argentina enfrentan amenazas similares, combinado con creación extensiva de ganado (Pearman y Abadie 1995, Lowen et al. 1996). Por todas partes, pastoreo extensivo y quemadas frecuentes han reducido su hábitat preferido a unos pocos locales dispersos (Ridgely y Tudor 1994).
Acciones de conservación
Ocurre en varias áreas de protección incluyendo el Parque nacional Canaima en Venezuela, Reserva Natural de Sipaliwini, Surinam; Reserva Tatí Yupí, Reserva de biosfera del Bosque Mbaracayú, reserva privada Sombrero y Reserva de recursos manejados San Rafael, Paraguay; Reserva natural Otamendi, reserva privada San Juan de Poriahú y Parque nacional Mburucuyá, Argentina; Parque Nacional das Emas y Parque nacional da Chapada dos Guimarães, Brasil.

Comportamiento
Solitario, raramente en pareja, a veces con otras aves de campo, posa en tallos de arbustos y gramíneas altos y vuela poco.
Es parcialmente migratorio durante el invierno austral.
Alimentación
Se alimenta de insectos.
Vocalización
Silencioso, el macho en exhibición da un “uí-uididrrr” quejoso, a veces en un vuelo corto y bajo.
Sistemática
Descripción original
La especie P. pectoralis fue descrita por primera vez por el ornitólogo francés Louis Jean Pierre Vieillot en 1817 bajo el nombre científico Sylvia pectoralis; localidad típica «Paraguay».

Taxonomía
Por mucho tiempo fue considerada en un género separado: Habrura; la relación con Polystictus superciliaris precisa de confirmación. La subespecie P. p. bogotensis (posiblemente extinta) probablemente mereceria el rango de especie plena. No hay registros de esta subespecie desde 1950, por lo que se la considera extinta (Collar y Wege 1995, Donegan 2004).
Subespecies
Se reconocen 3 subespecies con su correspondiente distribución geográfica:
- Polystictus pectoralis pectoralis (Vieillot, 1817) – este de Bolivia (Santa Cruz), sur de Brasil (localmente desde Mato Grosso hacia el sur hasta Río Grande do Sul), Paraguay, Argentina (hacia el sur hasta Mendoza, La Pampa y Buenos Aires) y Uruguay.
- Polystictus pectoralis bogotensis (Chapman, 1915) – muy localizada e una zona templada de Cundinamarca (sabanas de Bogotá) y alto valle del Dagua en Colombia. Probablemente extinta.
- Polystictus pectoralis brevipennis (Berlepsch & Hartert, 1902) – del noreste de Colombia al sur de Venezuela, Guyana, Surinam y extremo norte de Brasil (Roraima, Amapá y oeste de Pará).
Libro Rojo de las Aves de Colombia Vol. II
El Tachurí Barbado tiene una distribución discontinua que se extiende desde el occidente, centro y oriente de Colombia, sur de Venezuela, Surinam, Guyana, el norte y sur de Brasil, oriente de Bolivia, Uruguay, hasta Paraguay y norte y centro de Argentina (Collar y Wege 1995). Esta especie está representada por dos subespecies en Colombia (P. p. bogotensis y P. p. brevipennis). P. p. bogotensis, endémica del país, se encuentra aparentemente extinta. Los especímenes de esta fueron colectados durante la primera mitad del siglo XX en la Sabana de Bogotá (Cundinamarca) y en el municipio La Cumbre, corregimiento de Pa-vas (Valle del Cauca). La subespecie P. p. brevipennis se encuentra en los llanos orientales y es poco conocida. Hay especímenes provenientes del departamento del Meta colectados en las décadas de los 60 y 70 (depositados en la Academy of Natural Sciences of Philadelphia, Field Museum of Natural History y el Instituto Alexander von Humboldt), unos de cerca de la Laguna Mozambique, al sur de Puerto López y otros de la Hacienda Carimagua en Puerto Gaitán (Collar y Wege 1995; Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016). Más recientemente, en mayo de 2013, se registró en la vereda Puerto Castro, en el municipio de San Martín y en la vereda Serranía, en Puerto López (Cortés-Herrera com. pers.).
En Casanare, se tienen registros entre julio de 2011 y marzo de 2012, en el predio Altamira, municipio de Orocué (Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016) y en la finca El Mirador en el municipio La Trinidad en el año 2012 (J. P. Ordóñez com. pers. en Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016). También se ha registrado en la Reserva Natural de la Sociedad Civil Bojonawi en Puerto Carreño, Vichada (F. Castro com. pers. citado en Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016). Fitzpatrick (2004) y Fjeldså y Krabbe (1990) sugirieron tratar estas subespecies como especies aparte de P.p. pectoralis (Remsen et ál. 2016). En tal caso P.p. bogotensis sería una especie extinta endémica de Colombia.
Ecología
El Tachurí Barbado es un ave especialista de pas-tizal (Azpiroz y Blake 2009). Aunque prefiere las zonas secas de este ecosiste-ma (Collar y Wege 1995), Par-ker y Willis (1997) reportan que esta especie usa más el área hú-meda del pastizal, debido a que las partes secas son frecuente-mente destruidas. En general el hábitat de esta especie se carac-teriza por la presencia de agua, así sea solamente en una zona cercana (Collar y Wege 1995). Su hábitat en el nororiente del Meta comprende tanto saba-nas abiertas con pastos altos del género Andropogon y arbustos aislados (S. Furniss en Hilty y Brown 1986, Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016), así como la cobertura herbácea de las márgenes de las lagunas (F.G. Stiles com. pers.). En Cundina-marca se observó revoloteando mientras se alimentaba sobre las grandes masas de vegetación flotante más allá de la franja de eneas y juncos a la orilla de la La-guna La Herrera (L. G. Naranjo com. pers.). Se encuentra prin-cipalmente entre 150 y 1350 m, excepto los registros de la Saba-na de Bogotá a 2600 y 2700 m (Hilty y Brown 1986; Collar y Wege 1995). Durante el proyec-to “Diseño de conservación para el predio de Aceites Manuelita en Casanare, Colombia”, lidera-do por The Nature Conservancy (TNC) y financiado por Aceites Manuelita, se capturaron entre julio de 2011 y febrero de 2012 tres adultos y dos juveniles en un cultivo de palma de aceite (Elaeis guineensis de dos años de edad) con macollas de pastos nativos (Andropogon sp.) y arbustos dispersos, asociados a cultivos de Kudzú (Pueraria sp.), entre los surcos de siembra (Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016). Se puede asumir que esta especie utiliza con preferencia los par-ches dispersos con el tipo de vegetación descrita, acorde a la captura de individuos durante las dos estaciones del año (lluviosa en julio y seca entre enero y fe-brero) (Ruiz-Ovalle y Chaparro-Herrera 2016).
En Colombia esta especie es escasa y muy local (Hilty y Brown 1986; Collar y Wege 1995), pero hace más de dos dé-cadas se consideraba común en el nororiente del Meta (S. Fur-niss en Hilty y Brown 1986). Sin embargo, el comportamiento tí-mido de la especie puede llevar a presumir que la frecuencia de su observación está subestima-da (Collar y Wege 1995). Es difícil observarla incluso desde cualquier distancia y rara vez se percha a un metro del suelo o del agua dando saltos repenti-nos cortos y suaves (F. G. Stiles com. pers.). En mayo de 2013, en San Martín y Puerto López, O. Cortés-Herrera observó en promedio 3 hembras y un macho en recorridos de 1 km, en pastos de los géneros Andropogon sp., Brachiaria sp. y Axonopus sp.(O. Cortés-Herrera com. pers.).
Parece ser una especie alta-mente sensible a la transforma-ción de su hábitat y al fuego. Por ejemplo, en la Guyana Francesa y en el sur de Brasil, esta es una de las especies más afectadas por la transformación del paisaje y por cambios en el uso del suelo. De manera similar en Paraguay solo se puede ver en áreas no dis-turbadas (Gressler 2008; Smith y Clay 2008; Devenish et ál. 2009). En Colombia, una fuerte evidencia de esta baja tolerancia a la pérdida del hábitat es que no hay reportes de la subespe-cie bogotensis (registrada en los “pantanos de Suba”, dónde ac-tualmente está erigida parte de la ciudad) desde hace aproximada-mente 70 años, pues ya en 1994 Ridgely y Tudor afirmaron que no había sido encontrada en los últimos 50 años. Dos especíme-nes que reposan en el museo de La Salle fueron aparentemente colectados en la década de 1950 (F. G. Stiles com. pers.). Enton-ces, se puede inferir que esta subespecie ya está extinta (Fran-co y Bravo 2005).
El Tachurí Barbado es so-litario, aunque a veces se puede ver en pareja o con otros insectí-voros de pastizales como cucara-cheros (Cistothorus) o semilleros como Sporophila plumbea o Sica-lis luteola (Collar y Wege 1995; Krügel et ál. 2008). Se alimenta de insectos que recoge saltando de arbusto en arbusto o a través de la hierba y el pasto bajo (Par-ker y Willis 1997). Ha sido visto alimentándose de pequeños es-carabajos que encuentra en las inflorescencias de los pastizales (O. Cortés-Herrera com. pers).
Los comportamientos re-productivos se conocen por ob-servaciones de Holland (1893) en Argentina. Durante la época reproductiva el macho es más agresivo, aleja de su territorio a cualquier indivi-duo extraño de su misma especie o con un fuerte ruido con las alas intimida a quien lo observa (Ho-lland 1893 en Collar y Wege 1995). En el Meta hay registros de actividad reproductiva en junio (S. Furniss en Hilty y Brown 1986).
Amenazas
La mayor amenaza para esta especie es la transfor-mación de su hábitat y el fuego. Ridgely y Tudor (1994) documentaron desde hace más de una dé-cada que la intensa actividad de pastoreo y quemas frecuentes han reducido considerablemente el há-bitat de este atrapamoscas. Sin embargo, en el mis-mo año (1994) F. G. Stiles consideró que el área del Meta donde habita esta especie no había sido afectada a la fecha (F. G. Stiles com. pers.). Actual-mente, la situación parece ser diferente, ya que en los últimos años grandes áreas del Orinoco (donde el Tachurí Barbado fue registrado alguna vez) han sido usadas para la agricultura intensiva y las saba-nas se han convertido en pastizales, plantaciones de palma de aceite y cultivos (Etter et ál. 2010; Rome-ro-Ruiz et ál. 2010). Estos cambios en el uso del suelo alteran la frecuencia de los fuegos, que en los llanos colombianos se caracteriza por tener una alta variabilidad tanto espacial como temporal. Entre los años 2000 y 2008, se quemaron un promedio de 2.75 ± 0.5 millones de hectáreas de vegetación cada año en las sabanas de los llanos colombianos con diferentes frecuencias de eventos de quemas (Romero-Ruiz et ál. 2010). Si se tiene en cuen-ta que el Tachurí Barbado es un ave restringida a pastizales y que anida en pastos altos o arbustos, las quemas frecuentes amenazan su supervivencia porque reducen las zonas de forrajeo y anidación (Fuhlendorf et ál. 2006; Azpiroz y Blake 2009).

Medidas de conservación tomadas
El PNN El Tuparro (Vichada) es la única área del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) del Orinoco colombiano. Por otro lado el humedal Laguna La Herrera, donde esta especie fue regis-trada en 1988 (L. G. Naranjo com. pers.) hace parte del AICA Humedales de la Sabana de Bogotá (Franco y Bravo 2005).
Bearded tachuri
The bearded tachuri (Polystictus pectoralis) is a species of bird in the family Tyrannidae.
It is found in Argentina, Bolivia, Brazil, Colombia, French Guiana, Guyana, Paraguay, Suriname, Uruguay, and Venezuela. Its natural habitats are dry savanna and subtropical or tropical seasonally wet or flooded lowland grassland. It is threatened by habitat loss.

The Bearded Tachuri is a Near Threatened species that has a very local and disjunct distribution primarily across eastern South America. A very small population (perhaps now extinct) is known from the Andes of Colombia, but the main range is in the savannas of the Guianan Shield, and thereafter in central-south Brazil, Paraguay, southern Uruguay, and eastern Bolivia (where it is again possibly extinct). Further south, the Bearded Tachuri is an austral summer visitor to central-east Argentina. Three subspecies have been named. Virtually everywhere this attractive bird appears to be in decline, especially in southern Brazil, the result of conversion of native grasslands to agriculture. Males have a largely black head, with a white stripe in front of the eye, rufous underparts, and largely brown upperparts. Females lack the black feathering on the head, but do possess a pale supercilium.

Fuentes: Wikipedia/eBird/xeno-canto/Neotropical Birds/Libro rojo de las aves de colombia vol.II